Luis Amaranto Perea volvió a casa para iniciar su vida de entrenador

Por: Santiago Rendón – Capítulo Universitario

Era el 18 de junio de 2003, a falta de 10 minutos para terminar el compromiso, Mauricio Molina realizó una jugada individual que terminó en gol para el DIM. Con ese tanto, el equipo antioqueño estaba a solo una anotación de forzar la definición desde el punto penal en las semifinales contra Santos; sin embargo, unos minutos más tarde el club brasileño sentenció el marcador, dejando sin sueño continental a una generación de promesas bautizadas en el Atanasio Girardot.

Por primera vez, el Medellín llegaba tan lejos en la Copa Libertadores de América, de la mano de una joven camada de futbolistas que entraron en el radar de grandes clubes internacionales. Uno de ellos fue Luis Amaranto Perea, el joven central que convirtió la zaga en muralla y cayó en la órbita del Boca Juniors, antes de pisar suelo español para sumarse al Atlético de Madrid.

Desde aquel juego contra Santos, Perea no pisaba el gramado del Atanasio Girardot de manera profesional. El pasado domingo, 15 años, dos meses y 20 días después, el oriundo de Turbo volvió al ‘Coloso de la 74’, pero ya no como futbolista ni vistiendo los colores azul y rojo con los que se dio a conocer, sino desde el banquillo, como entrenador del Leones F.C.

Todo comenzó el 2 de junio de 2014, cuando José Pékerman confirmó que Perea no iría al Mundial de Brasil por un desgarro en el aductor de la pierna izquierda que le impidió terminar el semestre de la mejor manera con el Cruz Azul, su club en ese momento. La recuperación total nunca llegó para el defensor y, finalizando el 2015, anunció oficialmente que se retiraba de las canchas, con la promesa de que seguiría ligado al fútbol, ahora como director técnico.

Desde ahí, Perea estudió y se preparó para ser entrenador –realizó el curso UEFA en la Real Federación Española-, para sumar aprendizajes en su ya amplio bagaje futbolístico, el cual se cimentó al compartir camerino con jugadores de talla internacional y tras recibir las enseñanzas de entrenadores como Víctor Luna, Carlos Bianchi y Diego Simeone.

Con el conocimiento fresco y las ganas de aplicarlo, el exjugador de 39 años fue presentado a principios de este mes como director técnico del Leones F.C., y tuvo su debut el domingo, justamente ante el equipo con el que comenzó a construir su sueño de ser futbolista y que le hizo probar por primera vez la miel del triunfo.

En su regreso al Atanasio, recibió la ovación de los hinchas poderosos y demostró que quiere forjar un equipo tan férreo en defensa como lo era él cuando salía al campo de juego, con la firme intención de salvar a los de Itagüí del descenso. Además de tener un plantel atento en la zaga, Luis Amaranto le apostó al contragolpe para generar peligro, tanto así que al minuto 41 sorprendió con un tanto de Eder Jordán en una jugada rápida.

Al final, el compromiso terminó igualado a un gol (Cano marcó para el DIM), pero quedaron buenas sensaciones en el onceno de Perea, que ahora irá a buscar el objetivo más importante del semestre: la permanencia en primera división.

“Mi primer partido… muchos nervios y mucha tensión, pero lo importante es que el equipo trabajó bastante bien lo que preparamos en la semana. Cuando yo tomé la decisión (de llegar a Leones), ya sabíamos que la situación era compleja, pero mientras matemáticamente haya una posibilidad, vamos a intentar”, afirmó el DT, que ahora tendrá su próxima prueba liguera este sábado 15 de septiembre contra Deportivo Cali en condición de local.

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