Nacional, por todo lo alto

Por: Sergio Andrés Ruíz López, columnista invitado

Todo por lo alto, el juego aéreo fue la gran debilidad de Nacional, la zurda de Pisculichi, mortal.

Comunicador, Sergio Andrés Ruiz López
Sergio Andrés Ruiz López

Un marco espectacular, el estadio Monumental estaba totalmente colmado de hinchas de River, unos dos mil osados hinchas de Nacional serían testigos de un partido sumamente difícil. Un ídolo argentino, Alfredo Di Stefano dijo una vez : “Ningún jugador es tan bueno como todos juntos”, y un River, sin grandes estrellas, solo con Teófilo como gran referente y la zurda de Pisculischi derrotó a Nacional.

El inicio del partido fue raro, aunque parecía que Nacional tenía dominado y controlado a River, los de la banda cruzada llegaban al arco cada vez que se les antojaba y Franco Armani, golero argentino, era el gran protagonista para los colombianos. Teófilo no podía acertar, todos los intentos de “Teo” eran neutralizados por Armani.

El fútbol no es tan difícil, un torneo internacional se gana con buenos nombres, (Nacional los tenía), pero no tuvo contundencia, Cardona tuvo una a los 35 minutos que pudo haber sido el cambio total, un gol de Nacional y esta crónica sería diferente.

Nacional, tal vez, estaba atemorizado, nunca mostró cobardía, pero por ejemplo, Daniel Bocanegra, una de las grandes figuras durante todo el año para el equipo de Osorio estaba desdibujado, no se encontraba. Ruiz muy intermitente.

No sabemos que viene ahí, la experiencia, la tradición, pero River superó totalmente a Nacional en fútbol, sí, pero la diferencia estuvo en la tranquilidad y en la garra, en las ganas.

Un día, los hinchas de River contrataron un avión para que pasara por todo el Monumental con una pancarta que decía: “Gallardo no se va”, y hoy, Pisculichi levantó dos balones desde la esquina que la defensa de Nacional se dedicó a observar, a deleitarse. Gabriel Mercado, de menor estatura que Funes Mori, Pezzella, Henríquez, Nájera. Ese fue el que ganó el cabezazo, y como indican los manuales, duro y abajo, nada que hacer para Armani, gran figura hasta ese momento.

Un duro golpe para un Nacional que había salido un poco más impetuoso en el segundo tiempo, parecía que Nacional iba a poder quitarse a River de encima, pero no, otra vez, parecía una repetición. Zurdazo de Pisculichi con veneno, una rosca que cada vez se iba acercando más a la cabeza de Pezzella, el cual la impactó de gran manera y dejó vencido, por segunda ocasión en 5 minutos, a Franco Armani, quien salió bastante furioso a buscar algo con que calmar su ira.

De ahí en adelante todo fue trámite, River no se inquietó, Nacional renunció a su estilo y comenzó a tirar pelotazos, error. River estaba cómodo, no tenía problemas. Nacional no pudo evocar a esas épocas gloriosas en las cuales ningún equipo colombiano podía vencerlo.

Osorio estuvo muy inquieto todo el partido, no se podía calmar, protestaba todo, alegaba todo, pero cuando el marcador estaba 2-0 ya toda esa hiperactividad paró. Con las manos en los bolsillos, de un lado para otro, Osorio deambulaba por la zona técnica, y hoy, River es el campeón de la Sudamericana.

Recordar las oportunidades fallidas es apenas obvio para los hinchas de Nacional, pero es mejor quedarse con las cosas buenas, Nacional jugó una muy buena copa Sudamericana y ya llegará otra nueva oportunidad para reconquistar América, ya llegará.

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