Pep Guardiola y el beso que representa la dignidad de la derrota

Por Fredy Pulgarín – @fredypulgarin10

Agencia Informativa Acord Antioquia

La noche del 1 de julio de 2004 fue bien calurosa en la ciudad de Manizales, un estadio Palogrande colmado de hinchas presenciaron el inesperado título de la Copa Libertadores para el equipo blanco de la capital caldense. Por segunda vez en la historia, el máximo trofeo de clubes de Suramérica lo obtenía un equipo colombiano, ante un histórico, el Boca Juniors de Argentina.

La polémica se generó cuando después de una larga espera, el equipo del sur del continente no asistió a recibir las medallas como subcampeón. Carlos Bianchi, técnico del equipo boquense manifestó: “yo no sabía, sinceramente no sabía… es la primera vez que perdemos, entonces no sabía que a los segundos le daban medallas…”.

Esta situación contrasta con la vivida el pasado sábado en Portugal, en la final de torneo de Clubes más importante del mundo, el entrenador Josep Pep Guardiola, con una sonrisa en su cara, besó la medalla que recibió por lograr el segundo lugar, luego de perder la gran final ante el también elenco inglés Chelsea. La imagen le dio la vuelta al mundo, una demostración de la dignidad de la derrota, que hasta el mismo Papa Francisco reconoció diciendo “Me han contado que estos días uno que quedó en segundo lugar besó la medalla. Esto nos enseña que incluso en la derrota puede haber victoria”.

El técnico catalán manifestó luego de la final que “competimos muy bien en nuestra primera vez aquí. Ahora debemos prepararnos para volver. Hemos competido muy bien con un equipo muy fuerte. Me quedo con eso. No tengo nada que reprochar”, reiteró.

Diego Londoño Galeano, periodista deportivo y coordinador de Deporte y Convivencia del Inder Medellín manifestó que el gesto de Pep “es tener gallardía en la derrota, admitir que ser segundo no es indigno, que cuando sea superado también es un gesto de cordialidad reconocerle al otro que tuvo un mejor desempeño”.