Gallo, por poco se raja

Por: Roosevelt Castro B.

Agencia Informativa Acord Antioquia

Con una calificación de 6 sobre 10, culminó el trabajo arbitral de Nicolás Gallo Barragán, en el partido Atlético Nacional (1) vs Águilas Doradas de Rionegro (1), por la fecha 16 de la Liga BetPlay DIMAYOR II-2022.

El administrador de empresas de la Universidad de Nacional, sede Manizales, tuvo una regular administración arbitral en el Estadio Atanasio Girardot, de Medellín.

El acucioso trabajo de sus dos asistentes arbitrales, tanto el # 1 John Fredy Gómez, como el # 2, John Reyes, ambos antioqueños, contribuyeron a que el juez ibaguereño, pero criado en la capital caldense, no se rajara, en la parca actuación y casi que negra, como su vestimenta, del llamado “clásico joven” del balompié antioqueño entre verdes y dorados.

Su equipo VAR y el cuarto árbitro, también contribuyeron a que Gallo Barragán no obtuviera un guarismo más bajo en su calificación.

Se cayó

Iniciando el encuentro futbolero, el árbitro tolimense y cuota colombiana al Mundial de Qatar, se resbaló y cayó al césped del Coloso de la 74. Transcurría el minuto 8 del partido, cuando el juez resbaló y cayó en la cancha húmeda, producto de la lluvia pertinaz previa, que había caído en el escenario deportivo.

En el caso hipotético de que el árbitro se hubiera lesionado y le impediría continuar con el juzgamiento del partido, es el Reglamento de competencia el que deberá estipular quien será el que lo reemplace (Ley 6).

Mal ubicado

Si bien es un acierto que el árbitro rompa su diagonal, para estar atento al desarrollo reglamentario del partido, este no debe estorbar.  La mala ubicación de Gallo hizo que el balón le impactara en un avance de peligro del equipo Águilas Doradas, en el sector nororiental del Atanasio.

El reglamento dicta que cuando el balón toca al árbitro se debe hacer lo siguiente:

Si la jugada se detiene dentro del área de penal y se debe reanudar con un bote, la pelota será “lanzada al suelo” para el arquero, sin ninguna disputa. Si la jugada se detiene fuera del área de penal, la pelota será “lanzada al suelo” para un jugador del equipo que haya tocado el balón por última vez. En todos los casos, los otros jugadores (de ambos equipos), deben estar a una distancia de al menos 4 metros.

Si la pelota toca “al árbitro (u otro oficial del partido)” y luego se presentan las siguientes circunstancias: pasar la línea de gol, el equipo que poseía la pelota la pierde o se genera un ataque prometedor del equipo contrario, entonces se otorgará un “balón a tierra”.

En el caso de Gallo, reanudó conforme a Ley  9 (Balón en juego) de que el neutral o “balón a tierra” debe de dársele al equipo del último jugador que haya tocado el balón cuando este lo impactó, pero no conservó la distancia reglamentaria de los jugadores de ambos equipos.

En lo técnico, unas de cal y otras de arena

Gallo fue vigilante del cambio de guantes del portero visitante José Colmenares (Ley 4). Igualmente, fue receptivo a las “revisiones silenciosas” de su equipo VAR, comandado por el antioqueño Mauricio Pérez, especialmente en la convalidación del gol de Duque de Nacional, pues en jugada previa se analizó la posición del pasegol Banguero, por un presunto fuera de juego (Ley 11).

De igual forma, y conforme a la ley 3 (número de jugadores), Gallo Barragán estuvo atento a la sustitución de Candelo por Angulo (86’), pues este salió por el sector de oriental y la regla dice qye: “los jugadores sustituidos deberán salir del campo por la línea más cercana del rectángulo de juego, salvo en los casos en los que el árbitro indique lo contrario, dirigiéndose directamente al área técnica o a los vestuarios”.  Así, se evitarán pérdidas de tiempo, ya que en el fútbol actual es muy frecuente que los futbolistas crucen el campo entero lentamente para perder tiempo en los minutos finales de partido.

La mano de Mantilla que no fue (48’), el presunto codazo a Dorlan Pabón (87), la pérdida deliberada de tiempo del arquero visitante que no fue castigada disciplinariamente y la reposición de 5 minutos en el segundo tiempo, fueron “paisaje” para el nacido en Ibagué, Tolima, el 9 de agosto de 1986.

Una mano clara

Pero es una mano evidente y clara la que dejó de sancionar Gallo Barragán, la que se convirtió en su gran reto arbitral.

En un intento por quitar el balón, un jugador de Águilas Doradas realizó un quite deslizante dentro de su propia área de penal.  Al realizar esta maniobra, el balón fue a la mano del jugador de la visita. Nicolás Gallo Barragán no sancionó el penalti, en detrimento del equipo verde (83’).

Así, el árbitro central “caldense” pasó raspando la evaluación de su partido número 162 en la máxima categoría del Fútbol Profesional Colombiano.

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