¿Qué tenemos?

Por Esteban Monsalve – @monsalve_juanes

Agencia Informativa Acord Antioquia

En un país lleno de ilusiones fastidiosas, casi todas de ellas basadas en el fútbol, nos olvidamos de los verdaderos deportistas que llegan a la cima. Esos sin la necesidad de una prensa fantasiosa y un fanatismo propio de los que se creen ingleses, pero que ahora adoptan afanes de lo peor que muestran los argentinos.

Camila Osorio es una mujer que se rompe sus manos a diario por demostrar que en este territorio hay talento. Hoy nació una nueva figura, su nombre es Jerónimo Berrío. Es piloto y nunca había llegado a un podio internacional. En tres días, no se bajó de los cinco primeros puestos en la pista más importante de Francia, pero no le importó a nadie.

Mientras los Cafeteros Pro vencían a los Lions Olimpia Rugby por la mínima diferencia en el deporte de try, todos seguían enfocados en pensar que Salah no le tocó una pelota clave a Luis Díaz para que haga el 3-0 contra un equipo de esos, de los que nos vende la maquinaria futbolera.

Tan lejos quedaron Farah y Cabal, que hoy ni siquiera un subcampeonato en España nos sirve. Es increíble que tuvimos a la mejor pareja de dobles de tenis en el mundo y nunca la disfrutamos. No somos partícipes de la influencia beneficiosa que cobija nuestra senda deportiva, por el contrario, siempre adoptamos el camino de la desgracia que aporta el fútbol.

En Colombia nos hemos enfocado mal. Tenemos hinchadas que son mafias disfrazadas de ese deporte que todos aman. Las dirigencias de ese mismo deporte generan recursos que solamente benefician al vínculo comercial, pero jamás al sostenimiento positivo de un club deportivo. La gente sabe eso y aun así los apoya.

En Colombia hay disciplinas sin recursos suficientes como para competir. El karate, el taekwondo, nuestro béisbol y nuestro voleibol. Nada de eso importa cuando de fútbol aparece y arremete, para generar una decepción más.

Jamás olvidaré cuando la Selección Colombiana de masculinos quedó eliminada del mundial de Catar. El dolor era muy grande. Pero jamás olvidaré, cuando los Caimanes de Barranquilla mordieron la gloria y colocaron al país donde el balompié no ha sido capaz de posicionarlo últimamente.

No aprendimos nada y somos partícipes de nuestro propio fracaso. El deporte es inherente a la esencia humana, pero para muchos, el deporte es solamente golpear un balón con la pierna. Estamos tan retrasados, que prestamos nuestra alegría y pensamos que es nuestra.

Esta es una breve radiografía de lo que tenemos.

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