El periodismo deportivo no es cuestión de género

Por Clara Giraldo Agredo 

Vestida con túnica y con un permiso especial otorgado por el Rey de Arabia Saudita, para poder ingresar a un estadio tuvo que trabajar Esperanza Palacio en 1994, cuando la Selección Colombia realizaba una gira previa al Mundial de Estados Unidos.

No han pasado 30 años y sí que ha corrido agua debajo del puente para el periodismo deportivo ejercido por mujeres, el camino seguramente no ha sido fácil, ¿pero qué lo es para nosotras? Y no lo digo a modo de queja, porque creo que más que una dificultad se vuelve un reto y una oportunidad. Aunque es innegable que las condiciones económicas y laborales de las mujeres son inferiores en su mayoría a la de los hombres.

Hago referencia a ese cubrimiento de Esperanza porque seguro que hoy sería impensable para las miles de mujeres que estudian con el fin de ser periodistas deportivas, cada día somos más las que de una u otra manera hemos alcanzado sueños, aunque las metas sean aun más altas y sigamos trabajando por ellas.

Siendo honestos ya no es raro que sean mujeres las corresponsales de agencias de noticias o medios de comunicación, dejando atrás el rol de leer comentarios o hacer notas “de color” con hinchas. También hay quienes ejercen como fotógrafas o editoras.

No ha sido fácil, pero estoy convencida de que el espacio logrado ha sido porque nosotras mismas nos creímos el cuento. Nos dimos cuenta que no era suficiente una cara bonita, que necesitábamos prepararnos y estudiar para demostrarnos que tenemos las mismas capacidades que los hombres para hablar de deportes, más si se trata de fútbol.

Ejemplos son muchos, Juliana Salazar hoy es comentarista en Caracol Radio, Sarah Castro es editora de As, Pilar Velásquez está en Semana, Johana Quintero es corresponsal en Cali y comenta ciclismo. Sin irnos lejos María Alejandra Cardona lleva más de 10 años en los deportes de Telemedellín,  Luisa Londoño es corresponsal de Espn y pocos saben tanto como Jeimy Sierra.

 

Creo que esto no es cuestión de género, estoy convencida y creo fielmente que es de preparación y credibilidad. Y es que también los hombres han aportado, ellos nos han escuchado, nos han enseñado, nos han debatido y respetado, siempre habrá quienes aun nos cuestionen o descalifiquen por ser mujeres, o que nos manden a hablar de patinaje y nado sincronizado, como si fuera un insulto. Creo que algunos no han entendido que los hombres también hablan de gimnasia, patinaje artístico y esas disciplinas que requieren plasticidad.

Algo que creo que ha sido fundamental es el colegaje, sé que muchos no estarán de acuerdo, pero en mi experiencia tengo que reconocer que el crecimiento profesional ha llegado de la mano de hombres y mujeres que aportan en el día a día, desde conocimiento técnico hasta cosas tan simples e importantes como las personales. Nunca me he sentido inferior a nadie y he sido afortunada de haber podido compartir y aprender de los mejores.

¡Claro que necesitamos más espacios! Es innegable que somos minoría y que como en otros ámbitos laborales necesitamos mayor estabilidad y mejor remuneración. Pero cada día hay más mujeres en las canchas, camerinos y con un micrófono en la mano, porque de ese camino que tuvo Esperanza al que recorremos nosotras y al que recorrerán las nuevas generaciones siempre ha existido evolución. Es responsabilidad de nosotras, más que de ellos, no parar en la intención de lograr cada vez más puestos, en ver a las otras como apoyo y respaldo mas no como competencia.

Es nuestra responsabilidad prepararnos, estudiar, hablar, investigar, porque algo muy importante es que más que periodistas deportivas somos periodistas, y para hablar de deportes no necesitamos solo conocer el reglamento, también necesitamos de cultura general. Es fundamental una formación integral, seria y completa que nos permita competir en el medio sin ambigüedades ni fisuras en el conocimiento.

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