40 años no son nada

Por: Julián Alberto Ochoa Restrepo-

Agencia Informativa Acord Antioquia

Por estas fechas de 1982, Medellín fue subsede de un Mundial de Baloncesto Masculino.

Aquí jugaron Costa de Marfil, Brasil, Australia y URSS, campeón en final 95-94 ante Estados Unidos, que tuvo como mejor jugador al legendario Ardidas Sabonis, pivot que llegó al salón de la fama junto con Denis Rodman, y al gigante acromegálico ruso Vladimir Tkachenko: 2.21 metros, 140 kg y calzado 53. Después, en todas partes a los tipos altos se les decía Tkachenko, aunque en Andes, mi pueblo, fue el apodo para un amigo de poca estatura. Aunque el lituano Sabonis medía igual, pero su figura no era gigante.

Pablo Arbeláez, del diario El Colombiano, escogió unos estudiantes de Comunicación para reforzar su equipo y ahí estuve yo poco más de un mes en esa gran oportunidad de sentir el periodismo deportivo: credencial, accesos a sitios privilegiados, entrevistas a famosos y unas ganas locas de que la gente viviera parte de lo que yo podía averiguar, intuir, relacionar, ponderar, sentir.

Aquí estoy entre 2 compañeros de clase y de aquel equipo: Fernando G. Salinas y Katy Schutz. En la foto faltan Ana Miralles y Dominique Cresp, un tipo 5 nacionalidades. 40 años de mi primer cubrimiento deportivo para un diario que en ese entonces publicaba una circulación certificada de más de 100 mil ejemplares diarios. Como se les oía a Les Luthier: “Todo tiempo pasado fue anterior”.

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En Hermosillo, México, el seleccionado nacional femenino llegó invicto al partido final, encuentro deportivo en el que cayó con República Dominicana y, de esta manera, se colgó la medalla de plata del evento continental.