Solo ellas se merecían el Mundial Femenino 2023

Por Daniela Paniagua Jiménez

Tras la decisión de la FIFA de realizar el Mundial Femenino en 2023 en Australia y Nueva Zelanda, los colombianos se quedaron nuevamente con la desazón, con la particular y típica frase de: “casi pero no fue”, o el tradicional: “quedó faltando un centavo para el peso”.

Y así fue, quedamos segundos y éramos la única opción del continente americano para jugarla, luego del retiro del proyecto de Brasil. En esta ocasión siento que fue sensato que no hayan elegido a Colombia como sede de la Copa del Mundo. Primero por el puntaje que obtuvo el país en cuanto a los escenarios y segundo porque, seamos sinceros, que se llevara a cabo aquí no era garante de que existiera una liga profesional decente, como desde hace años la piden las jugadoras.

Para mí, el sentimiento se divide en dos, como periodista y aficionada al fútbol, hubiera sido un sueño cumplido presenciar un Mundial en tierra cafetera; reconozco la importancia para todas las esferas de la sociedad que esto traería y por supuesto lo beneficioso que sería. Sin embargo y, por otro lado, no se puede premiar a una dirigencia que le ha cerrado las puertas múltiples veces a las futbolistas, sin garantías de contratación, partidos, liga, entre otros.

Y esto no es de ahora, al fútbol femenino le ha tocado, como a muchas otras disciplinas deportivas, pelear con las uñas espacios, contratos y apoyo económico, sin mencionar los casos de abuso sexual que denunciaron algunas de ellas en los años pasados. A veces parece una historia sin final en cuanto a los episodios tormentosos, afortunadamente las jugadoras se han sabido anteponer ante esas dificultades y seguir buscando igualdad, incluso en medio de la pandemia.

Por eso, uno de mis comentarios más repetitivos antes de la decisión de la FIFA fue que las únicas que se merecían el Mundial eran ellas, han pasado por dos Copas del Mundo, Juegos Olímpicos y el año pasado obtuvieron oro en el Juegos Panamericanos, logros que otros deportes de conjunto no han logrado.

Sin embargo, y soy egoísta al decirlo, como país no estamos (ni estábamos) preparados para un Mundial Femenino, no por ahora. Primero, en casa, debe haber respeto, condiciones claras y trasparentes para quienes practican el deporte, el sueño es de ellas, que han sudado la camiseta. Segundo, porque la infraestructura de nuestros estadios aún lo impiden y es un tema que se debe seguir trabajando para traer eventos deportivos y multideportivos por lo alto, ese sí es un sueño de todos.

Lo cierto es que para las generaciones venideras y las niñas que tienen como referente a Natalia Gaitán, Catalina Usme, Yoreli Rincón, Leisy Santos, Manuela Vanegas, entre otras, esta seguirá siendo una lucha permanente pero muy consciente de que esas mismas mujeres han venido abriendo el camino para que la equidad sea uno de los valores primordiales para los entes administrativos y para los dirigentes, dentro y sobre todo, fuera de la cancha.

Por ellas continúa el ruedo, por ellas sigue presente el sueño de realizar una Copa del Mundo en Colombia.

Sobre este tema y las mujeres en el deporte, escucha el episodio del podcast Acord Antioquia FM: Mitos del deporte femenino en Colombia.

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